La historia de Poggioreale, un pueblo fantasma en Sicilia en la provincia de Trapani, comenzó, como la conocemos, hace 50 años, cuando fue golpeada por un violento fenómeno sísmico. El terremoto de Belìce de 1968, con una magnitud de 6,4 en la escala de Richter, se llamó así porque sacudió una vasta región del oeste de Sicilia, precisamente en el valle de Belìce, involucrando a varios países, incluidas las provincias de Trapani, Agrigento y Palermo. Entre los pueblos afectados también aparece el nombre de Gibellina, que se hizo célebre por la obra land art de Alberto Burri, el Gran Cretto.
Y tal como sucedió en Gibellina, también para Poggioreale se decidió reconstruir el nuevo conglomerado urbano en otra posición con respecto al lugar golpeado por el violento terremoto, abandonando los edificios y casas restantes. Pero, una vez terminado, Poggioreale Nuova no se parecía al casco antiguo fundado en 1600. Fácil de trasladar a la gente a un nuevo lugar, más difícil de trasplantar siglos de historia, hábitos y tradiciones.